Son campamentos y actividades sanas, en entornos seguros y en un ambiente católico de formación integral. Se proporciona a cada niño o joven un acompañamiento personal, y un recorrido para formarse como monitores y responsables a medida que van creciendo.
Son una experiencia vital durante el verano que ayuda a los niños y jóvenes a crecer en madurez y en libertad. Aprenden a disfrutar, a ser amigos, a vivir, y a comprometerse con el mundo y con los demás.